En una entrevista realizada por la periodista Paula Guzman, el general Gallardo Rodriguez, candidato del partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) por el estado de Colima, se mostró profundamente crítico ante ‘las turbias funciones’ que cumple el Ejército mexicano, y con la estructura de poder que lo rige a nivel nacional.
"Mexico es un estado de hombres, no es un estado de leyes, y ese es el problema". Con esta frase, pronunciada en varias ocasiones durante la entrevista, Gallardo Rodriguez pretende denunciar un panorama en el que el poder reside más en personas concretas poderosas, protegidas e impunes, que en la correcta y sana aplicación de los códigos legales y jurídicos.
Valga la siguiente anécdota como ejemplo, narrada por el propio entrevistado: "Cuando salí de la carcel fui amenazado muchas veces, hasta que un día me colmaron el plato; entonces fui a Gobernación y le dije a un encargado: la única manera de que paren estas amenazas es que llames por teléfono al Secretario de la Defensa Nacional y le digas que no me estén molestando. Lo hicieron y se acabaron las amenazas".
Refiriéndose de nuevo a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, hace un vaticinio pesimista, a la luz del tipo de poder que el ejército ostenta en este momento: "Si el ejercito tiene metidas las manos en la investigación, la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa va a quedar impune. El ejército y el Secretario de la Defensa saben perfectamente donde están. Enrique Peña Nieto sabe donde están los estudiantes de Ayotzinapa".
Y a continuación narra una trájico recuerdo personal, que viene a ilustrar la cara más macabra de la historia militar mexicana: "Las masacres que ha hecho el ejército son históricas. Cuando yo era teniente, estando de servicio en el cuartel, encarcelaron a 17 estudiantes. Yo no permití que los tocaran, porque por la noche los querían sacar. Y yo dije: no lo sacan mientras yo sea el comandante".
Gallardo Rodriguez cuenta que hubo problemas, que fueron a arrestarle, que los altos mandos le obligaron a entregar a los estudiantes, y que él se negó. Sólo faltaba una hora para que terminara su turno de servicio. Sus superiores fueron a desayunar y volvieron en el turno siguiente. “Al siguiente día, esos estudiantes fueron ejecutados y los lanzaron al lago Chapala, en Jalisco", concluye. Y añade, con tristeza y un débil atisbo de esperanza: El Ejército a actuado así históricamente en México. Todo eso va a terminar cuando tengamos autoridades legítimas que ejercen el poder a través de la constitución".
Fuente: Confidencial Colombia
Fuente: Confidencial Colombia
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